«La Casta autonómica». Sandra Mir y Gabriel Cruz. Edit. La esfera de los libros. 2012.

Estamos en tiempos de crisis económica, y la sensibilidad hacia el despilfarro del dinero público es máxima. En este libro, los autores, dos periodistas, han recogido toda una larga lista de los despropósitos que se han hecho durante años en España con el dinero público, gastando lo que no está escrito en obras públicas sin sentido y en entes administrativos innecesarios y en muchos casos, duplicados y triplicados. Todo lo cual ha salido a la luz ahora con la crisis. Ya se sabe: cuando baja la marea, los galeones hundidos y los esqueletos que antes no se veían, salen a la superficie.

El libro es una extensa colección de tropelías hechas con el dinero de todos: aeropuertos innecesarios que no han llegado ni a estrenarse; líneas de tren que han tenido que cerrarse porque nadie las usaba; el PER y los EREs de Andalucía; las empresas públicas de dudosa, por no decir nula, necesidad; las «embajadas» de las autonomías en el extranjero; los infinitos permisos y licencias necesarios para realizar una actividad, válidos en una comunidad autónoma pero no en otra; las rigideces para la prestación de servicios en comunidades autónomas distintas de la propia; las ingentes cantidades de dinero gastadas en políticas lingüísticas en algunas comunidades; los organismos administrativos duplicados, etc. etc.

El resultado es un país en ruinas, con un sector público exagerado que es imposible de mantener, y que no podrá salir de la crisis económica por sí solo.

Los autores señalan de modo diáfano a los que, a su juicio, son los culpables de esta situación: los políticos y las Comunidades Autónomas. Los políticos, cuya categoría profesional ha caído hasta extremos insospechados, han ocupado la función pública en su propio beneficio y en el de sus familiares y amiguetes;  han creado sus pequeños reinos de Taifas en sus respectivas autonomías, y se han dedicado a gastar lo que no tienen en su propio beneficio político, que no en el de la ciudadanía. En este sentido, el libro podría ser complementario a otro que he leído este año y que está comentado en este blog: «El despilfarro. La sangría de la España autonómica».

El mensaje subliminal que se transmite en ambos libros es muy peligroso, y es el que está presente en muchos foros   -radio, televisión…-  de derechas: el causante de nuestros males es el estado de las autonomías. Y para salir de esta situación, lo que procede es devolver competencias al gobierno central, para evitar el despilfarro al que los entes autonómicos nos han llevado.

La inquietante pregunta que queda en el aire es …¿y si tienen razón?

Aunque el libro está escrito en un tono jocoso, el sentimiento que a uno se le queda al terminarlo es de total desmoralización. De que los políticos se han reído de la ciudadanía, y de que este país se ha echado a perder y ya no hay quien lo recupere y lo ponga en orden. Desde luego, no serán sus habitantes quienes lo hagamos. Como ya está ocurriendo, serán agentes externos (como la Unión Europea o el banco central alemán) quienes nos pongan la casa en orden. Nosotros ya no podemos. O al menos, eso parece.